House Party: El otro lado de los carretes de los jóvenes antofagastinos

Fiestas realizadas por menores de edad


House Party: El otro lado de los carretes de los jóvenes antofagastinos



El panorama, botellas tiradas por el piso, colillas de cigarro por todas partes, ropa flotando en la piscina, todo esto envuelto en un aire que deja atrás risas, reggaeton, caños, cigarrillos, mucho alcohol y olvido. Esas son las fiestas que los jóvenes organizan cuando los padres no están en casa.



Por: Camila Cordero Chau


Son las 11 de la noche y José termina de arreglarse para salir de carrete. Su madre no sabe que será una fiesta, para ella no es más que una junta para ver películas en la casa de su amigo Diego. Con plata y encendedor en el bolsillo, José sale de la casa despidiéndose de su madre y diciéndole que no llegara a dormir. Del otro lado de la puerta Diego, maxi, pipe y el guille, lo esperan en una camioneta verde, “¡Oye hueon! apúrate, que hay que ir a comprar copete” exclama pepe al entrar José a la camioneta. Es así como se comienza a dar forma a la llamada “House Party”.Casa sola, copete, cigarrillos y caños (apodo de los cigarros de marihuana) son el menú de este desconocido carrete.

Tanto José como sus amigos son menores de edad, y cursan cuarto medio. Pronto rendirán la Prueba de Selección Universitaria (PSU) por lo que organizaron este último carrete. “Por nuestro último carrete sano e inolvidable”, brindan los cinco amigos con una cerveza en la camioneta camino a la casa de Diego. Estos no saben que en unas horas más no se acordarán de nada.

“Estos carretes escondidos son los más dañinos” argumenta la psicóloga Bernardita Vallejos al referirse de las fiestas destructivas que tienen los jóvenes menores de 18 años. El hecho de que no haya un adulto presente que imponga la imagen de orden y control, además de la ignorancia de lo que hacen sus hijos, genera en el joven una sensación de desinhibición, de ruptura de reglas, lo que lleva a manifestar una conducta más osada en cuanto a sus actos y frente a sus compañeros.

Son la una de la mañana, y en la casa de Diego esta todo pasando, por lo general en estas fiestas los jóvenes empiezan con su piscola tres cuarto (tres cuarto de pisco y un cuarto de coca cola), y su cigarro en mano, para luego pasar a los caños o simplemente a los copetes mas fuertes, como el ron, el tequila o el vodka. José y sus amigos andan cada uno por lo suyo, Diego convenció a su polola para que pasaran un rato solos en su pieza, el guille y el pipe compitiendo, se tomaron media botella de Ron cada uno y dos vasos de picola, José esta bailando con una amiga, mientras que el maxi está en el patio fumando unos caños con sus amigos.

La mayoría de estos comportamientos se ven gatillados por diversos factores, argumenta la psicóloga. El stress, la incomprensión por parte de los padres, la falta de atención, los cambios hormonales, entre otros, los que llevan a los jóvenes a comportarse de manera desinhibida. Pero cabe resaltar que la mayoría de estos comportamientos son la manifestación de sentimientos o preocupaciones que poseen los jóvenes, quienes al verse restringidos de expresión, los manifiestan de diferentes maneras, y una de esas es a través de una alta ingesta de alcohol y drogas.


Son más de las cinco de la mañana, y tanto José como sus amigos menos maxi (quien se quedo dormido en el baño) están en el living durmiendo, la mayoría de la gente se fue. El panorama es, botellas tiradas por todo el piso, colillas de cigarro por todas partes, ropa flotando en la piscina, todo esto envuelto en un aire que deja atrás risas, reggaeton, caños, cigarrillos, mucho alcohol y olvido. Esas son las fiestas que los jóvenes organizan cuando los padres no están.

Son las 10 de la mañana y José llega a su casa luego de una larga noche, “¿Cómo estuvo la película hijo?”, le pregunta la madre a José, “Buena, la película estuvo buena”.