lunes, 3 de diciembre de 2007

En todas partes se cuecen habas

En todas partes se cuecen habas


Drogas, alcohol, delincuencia, enfermedades, etc. Es todo lo que se puede encontrar en torno al comercio sexual ilegal en la ciudad de Antofagasta, la prostitución, un problema social, el cual no distingue entre hombres y mujeres, ni menos edad ni clase social.

Por Carla Chacana R.

Son las 7:15 de la mañana y Beatriz – como dice llamarse – se levanta como cualquier persona a trabajar. No estudia, pues al año después de salir del colegio encontró un trabajo, en el cual le pagan bien. Además admite que no necesita estudiar, sus padres le dan todo y su trabajo también por lo que no necesitará en un futuro los estudios.

Jeisi Bravo acababa de terminar el liceo cuando tuvo que dar la noticia de que estaba embarazada, su madre inmersa en una pena absoluta – ya que a ella le pasó lo mismo – acepta su condición, incluso la de ser madre soltera y alejarse de la posibilidad mínima de seguir estudiando, ya que ahora debía trabajar para mantener a su hija, ya que el dinero en casa no sobraba.

“Llevaba 3 años y 9 meses pololeando con Esteban, incluso nos queríamos casar, pero él con el pretexto de que yo había cambiado me dejó sin ningún otro motivo”, así cuenta Beatriz que a sus 26 años y un poco más de uno que Esteban la dejó, ya está con otro pololo. Así mismo dice que su nuevo pololo es quién la hizo conocer el mundo de la prostitución y ella despechada después del abandonó de “el amor de su vida” y sin su trabajo, acepta este nuevo mundo.

Jeisi (24) una chica de sociedad baja y muy inteligente, con una madre esforzada la cual trabaja todo el día para darle lo justo y necesario a sus tres hijos, cuenta que cuando Camila nació no podía trabajar porque no tenia quien la cuidara, y eso era malo ya que tenia que comprarle de todo a su hija y no tenía plata, “ por eso, como yo vivía cerca del centro le dije a mi mamá – quien cuidaba a Camila por las noches - que estaba trabajando de mesera en un club nocturno cerca de la casa”, cosa que no era cierta, pues Jeisi comenzó a trabajar en el comercio sexual de noche.

Beatriz ya lleva dos años trabajando en el comercio sexual, y confiesa que no pretende salirse de esto, “mi pololo me apoya, no le molesta lo que hago porque gano buena plata y nos alcanza para todo incluso estamos juntando para irnos a vivir juntos”. Con un cigarro en su boca, y las uñas pintada de color rojo Beatriz en un tono bajo asegura que además de darle plata, la prostitución le dio a conocer lo que mas le gusta, las drogas.

Mientras tanto Jeisi Bravo dice que su “trabajo” le da más de lo que necesita, tiene a su hija en un buen jardín y ayuda a su madre con el dinero de la casa. Lleva un poco mas de 4 años en el comercio sexual y no aspira a dejarlo, no aún “mi hija todavía está chica y no entiende nada, cuando ella crezca lo dejaré porque no me quiero arriesgar a que se entere”.

Ya oscureció, son las 21:00 horas y esquina Matta tiene sus primeras mujeres esperando por un cliente. Gilberto Barraza, dueño de una botillería de la misma calle, dice ser testigo del grupo de chicas y travestis que se distribuyen por todas las esquinas. “ He visto como se pelean, como se drogan y están paradas allí pacientes esperando por subirse a un auto”, comenta. Además reconoce que está en desacuerdo con el comercio sexual, pero él no puede hacer nada contra las chicas que trabajan ahí, “uno se da cuenta de que realmente hay mujeres que lo hacen por falta de dinero”.

3 comentarios:

Caja de Cassette dijo...

Emmm...Por un lado,es un tema super interesante y le logras dar emocionalidad,pero por otro,el relato es super enredado en donde te demoras en llegar al tema y repites muchas palabras.

esooo



Cristian Morales / Zorrito!

box_of_tears dijo...

me gusto mucho, y el tema es interesante, peor falto algun punto en comun entre una historia y otra, y tambien algun caso de alguna mujer que si quisiera salir del negocio y no pudiera por algun motivo.
saludos!

Anónimo dijo...

Me gusto el tema.
Buena introducción de la crónicas. Pero concuerdo con unos de los comentarios, de que faltó una union entre las dos declaraciones.