jueves, 22 de noviembre de 2007

Luchito de la guarda

Luchito de la guarda

Cerca de las 10 de la mañana del Día de Todos los Santos, ya se siente un ambiente caluroso en Cementerio General, acentuado por el gentío que comienza a llegar poco a poco. En la parte alta del recinto se encuentran el matrimonio de José Valdebenito y Guillermina Fuentes, de 74 y 68 años, respectivamente. Pasan desapercibidos entre todas las personas y pareciera que el momento en que rezan fuese sagrado.

Por Javier Quezada

Ambos son jubilados y dedican su vida de tercera edad a participar en actividades de una caja de compensación y a recordar a su hijo Luis, quien falleció en un accidente automovilístico hace 10 años. Desde el día de su funeral sus padres van todas las semanas a visitarlo, en donde además de rezar, aprovechan de hermosear su lápida, la que está adornada por flores de diversos colores, una foto familiar que representa el recuerdo vivo, y pequeños mensajes escritos por amigos y parientes.

Lo característico de esta unida pareja es la dedicación que tienen para ir todas las semanas al cementerio, a veces van en días hábiles, aunque generalmente prefieren ir los domingos por la mañana. A diferencia de otras familias, para José y Guillermina el 1 de noviembre no representa una fecha más importante que otras. “Nosotros venimos a ver al Luchito durante todo el año y no necesitamos que sea un día especial para demostrarle nuestro cariño”¸ dice la mujer, quien lleva un rosario colgando de su cuello.

A pesar del evidente esfuerzo que despliegan para ir al Cementerio General, tomando una micro temprano en la mañana, desde el sector Coviefi y la posterior caminata hacia la zona alta del recinto, ellos no se vanaglorian de su sacrificio, sino que les parece algo “justo y necesario” por su hijo, como dice el mismo José, quien recordando la muerte de su hijo se lamenta de no haberlo llamado el día anterior del accidente porque les habían cortado el teléfono. “A veces pienso que estaría más tranquilo si me hubiese despedido del Luchito”, se lamenta el ex profesor.

Durante el rito religioso, uno de los rezos tiene una particularidad, el Ángel de la guarda, es modificado por Luchito de la guarda, lo que lejos de idealizar al único hijo de este matrimonio, refleja lo que Luis Valdebenito Fuentes fue en vida; un hombre de esfuerzo, que partió a trabajar a los 19 años a Chuquicamata. Mina en que aprendió a realizar un sinfín de labores, en uno de los viajes de retorno a su ciudad natal, Antofagasta, su vehículo, adquirido hace poco menos de un año fue impactado de frente por un camión. La muerte fue instantánea.

José y Guillermina dibujan una cruz imaginaria con el dedo sobre la lápida de su hijo y antes de emprender rumbo hacia la salida del cementerio se persignan. El regreso a casa es pausado y reflexivo, pero lleno de satisfacción, ya que en una semana más volverán a contarle a su hijo las felicidades y penas que sienten, porque aunque él no esté físicamente con ellos, sí lo está espiritualmente.



6 comentarios:

Ese soy yo, Christian Meneses Ulloa dijo...

Considero que a tu crónica le falto un poco mas de fuerza y relato de lo que ocurria en el contexto del cementerio, para que a los que la lean puedan introducirse mas en la historia, pero en general me gusto.

Buen trabajo!

Christian Meneses

rockvolucion dijo...

La verdad me gustó tu crónica, bastante emotiva, y logré realmente "ver" a aquellos abuelitos hablándole a su hijo.

Lo que sí quisiera recomendarte (y colgándome un poco de un comentario colocado en otra crónica) es que la bajada no es el primer párrafo de la nota, lo cual pude notar en la tuya, el primer párrafo es la bajada.

Tal vez el único detalle que podría encontrarle, pero en cuanto a redacción y emotividad está muy buena.

Cristian Reyes Herrera

PEC dijo...

Creo que es un relato bastante íntimo y como le dije en clase, el riesgo es que podría quedar en deuda con el elemento fascinante que debería tener toda crónica para que interese al lector. Con respecto a lo de la bajada, estoy de acuerdo, pero creo que en su caso -y también creo habérselo recomendado- era necesario para fijar el momento para una redacción que se hacía extrañar el conflicto en primer minuto. No obstante, está bien lograda. ¡Siga así!

shalom.ev.c dijo...

me gusto la historia de los abuelitos y gracias a los detalles contexuales que entregaste en tu cronica realmente pude imaginarme a ese matrimonio.

quizas agregaria una toque mas de emocionalidad o un relato mas intrigante para captar durante toda la lectura la etencion de los que los que leemos

atte

Elizabeth Vaca

Alumnos de Periodismo UCN dijo...

Considero interesante el tema que trataste y además muy emotivo. Pero no encontré el epigrafe,ni la bajada, ni el lead o ¿la bajada era el lead?, eso me confundio un poco, está original que lo hagas a tu modo, de hecho me gusta, pero, aún estamos en informativo y estamos sujetos a ciertas reglas. De todas formas rescato la sensibilidad que pudiste transmitir en tu relato...de verdad me llegó, no lloré, pero me imaginé la situación.

Suerte y felicitaciones!

Jimena Herrera

Alumnos de Periodismo UCN dijo...

Bueno, creo que te pasó lo mismo que a mi, nombraste algo muy importante y no le diste la importancia que necesitaba eso que dice "A diferencia de otras familias, para José y Guillermina el 1 de noviembre no representa una fecha más importante que otras. “Nosotros venimos a ver al Luchito durante todo el año y no necesitamos que sea un día
especial para demostrarle nuestro cariño". pero en general me gustó la historia MUY EMOTIVA pero ese punto faltó te lo digo porque a mi mepasó lo mismo.......

atte Dora...