miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cuando mueren los niños

Cuando mueren los niños

Perder un hijo siempre será una experiencia emocionalmente demoledora. Para los padres significa una muerte prematura, ilógica e injusta, ya que ellos no la contemplan de ninguna manera. La experiencia es terrible, no importa como haya sido, ni a que edad se haya producido; en este caso, siendo solamente bebés.

Por Wilson Ahumada

En el cementerio Parque del Recuerdo se respiran aires más puros, producto de la brisa marina, hay cierta humedad en el aire, y un ambiente más tranquilo que en el Cementerio General. En los dos existen padres que sobrellevan la muerte de sus hijos. Ambos usan diferentes formas para olvidar o apaciguar el dolor de la pérdida.

Temprano en la mañana, Enrique Jofré descansa en una silla ubicada bajo la sombra de un toldo instalado por la administración del Cementerio General. Aunque el cielo está un poco nublado, el aire se siente espeso y caluroso. Con un ramito de flores, él observa a su nieto jugar con las plantas de las floristas instaladas en las afueras del cementerio. Su nieto recibe retos y hasta algunos epítetos por parte de las vendedoras que tratan de apartarlo a un lado, para que no les estorbe en la venta de flores. Enrique se levanta, y toma de la mano a su nieto para emprender la caminata hacia la parte más alta del camposanto, donde está enterrado su hijo.

En el otro extremo de la ciudad, Javier Mora estaciona su automóvil en el Cementerio Parque del Recuerdo. Se baja del auto, y abre la puerta a su mujer quien sale cabizbaja. Compra un ramo de tulipanes. “Estas son para los angelitos”, dice Gloria Solís, esposa de Javier. Hace un poco más de un año, ellos perdieron a su hijo, luego de tenerlo en su casa solamente tres días. Al contrario de Enrique, Javier y Gloria gozan de una buena situación económica. Asunto que en realidad los apena, ya que quisieran compartir con alguien más esa buena situación. “Queríamos comprarle de todo al Lucianito, pero no pudimos”, dice Javier.

Dentro del cementerio General el aire se espesa aún más. La gran cantidad de gente acumulada no deja circular la poca brisa, y el ambiente se torna más caluroso. Pero a Enrique no le importa. Aunque ya tiene sus años encima, 69 años para ser exacto, sube a paso lento por el camino que lo llevará donde está su hijo. Su nieto se adelanta dando saltos, con el sudor corriendo por su espalda. Enrique trabajaba en Inacesa en 1973. El 11 de septiembre, planeaba ir temprano a la a la ciudad para hacer unas compras. “¡Bombardearon la moneda!”, se escuchó de la radio del furgón donde estaban sentados él y sus compañeros. Sólo algunos momentos antes, había sentido unos ruidos extraños a lo lejos. Se quedaron escuchando un momento más la radio antes de salir de la fábrica. “Yo no sabía na´, pero eran unos tanques que tenían rodeá la fábrica”, cuenta Enrique. Unos militares hicieron salir a todo el personal fuera de las instalaciones. “A mi me habían elegido hace poquito -4 meses- para ser síndico, así que me dio miedo”, relata.

Antes de bajar del furgón, sacó de su billetera la credencial de miembro del partido comunista y se la escondió en el calcetín. “Me la hubiera comido si hubiera tenido el tiempo” dice él. Los militares los revisaron, y los dejaron en el casino a todos.

En su casa, su hijo Cristian de seis días de vida lloraba, y su madre no lograba calmarlo. Quería llevarlo a la posta para que recibiera ayuda, pero afuera se escuchaban disparos y eso la asustaba. Cristian siguió tosiendo y llorando mientras su padre era retenido en el casino de Inacesa. Enrique llegó a la casa a las 6 p.m. con instrucciones de no salir a la calle, por lo que no puedo llevar a su hijo a la posta. Al siguiente día, el doctor de la posta central, consignaba que Cristian había fallecido a causa de una deficiencia respiratoria. Tal vez si es que Enrique hubiera estado antes en su casa, habría llevado a su hijo a la posta. Al menos eso es lo que él lamenta.

El pequeño Luciano

En junio del año 2006, Javier y Gloria se encontraban en su casa muy contentos por tener al nuevo integrante de su familia con ellos. Acababan de bañarlo, y Gloria quería tomar una ducha. Javier secaba al pequeño niño con cariño. De pronto, su hijo se tornó de un color morado. Javier le advirtió la situación a Gloria, y ella corriendo, bajó las escaleras para llamar a una ambulancia. “Todo fue inútil, en la ambulancia el Lucianito falleció” dice Gloria. Según el doctor de turno, la muerte fue efecto de una deficiencia cardiaca.

Enrique cuenta que luego de la muerte de su hijo se alejó bastante de su esposa. “Con la Iris de ahí no alejamos, y ahora, después de tantos años, casi ni nos hablamos”. Además piensa en su hijo de vez en cuando y se arrepiente de no haberlo llevado al hospital ese día. “Tenía que haber salido nomás, si mi hijo se estaba muriendo poh, eso es de lo que siempre me arrepiento”.

Javier y Gloria ni siquiera piensan en tener otro hijo. “Hemos tratado de viajar y distraernos, pero igual el recuerdo está presente” dice Gloria, seguramente la más afectada con la muerte de su hijo.

Según estudios, la madre es la que crea el primer lazo emocional con el hijo, y la pérdida de éste, genera en ella serias repercusiones. Javier y Gloria debieron ir al psicólogo varias veces, pero reconoce que a ella no le ha servido de mucho. “Ni siquiera queremos adoptar” dice Gloria.

El inquieto nieto de Enrique baja corriendo el camino del cementerio, se detiene, da algunos saltos, y sigue corriendo. No a muchas personas le agrada el pequeño niño como reconoce Enrique. “A lo mejor el Cristian hubiera sido igual de cominillo que él, pero yo lo hubiera querido igual nomás”, dice Enrique mientras trata de encontrar a su nieto entre tanta gente.

17 comentarios:

Alumnos de Periodismo UCN dijo...

Me encanto tu crónica, muy merecida las felicitaciones.

Hubo un problema de palabras, falto más tecnicismos y palabras más cultas.

Tienes mucho potencial!.
Saludos compañero

Piangella Obrador

Alumnos de Periodismo UCN dijo...

Wena compàdre, super buena la crónica, pero te comiste la palabra ciudad, escribiste "cuidad", son detalles.
Sigue escribiendo así.

Pablo Mamani

Alumnos de Periodismo UCN dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alumnos de Periodismo UCN dijo...

Me gusto harto tu crónica, la historia esta re buena
Felicitaciones, hay detalles como dicen mis compañeros, pero estas recien empezando asi que se ve futuro, buena suerte

Natalia Mascaró

Carla Chacana dijo...

Wilssson me gustó mucho tu crónica, de veras que si... no soy quien para criticarte pero mirándolo como lectora de verdad que me gustó, sobretodo la union de los párrafos... como lograste ser claro mientras mezclabas las historias... te felicito! ;)

Alumnos de Periodismo UCN dijo...

Me gustó tu crónica, sobre todo ese contraste que le diste a las historias, ya que son bastante distintas, pero llegan a un mismo final. Un poco de repetición de palabras, podrías buscar algunas más rebuscadas.

Marcela Torres :D

PEC dijo...

Creo que sus compañeros han sido bastante elocuentes con los comentarios. Yo agregaría que revise las correcciones para que no cometa los mismos errores en la entrega del C-5. Esta crónica tiene muy buen nivel y repito estoy orgulloso de los resultados que están logrando.

Alumnos de Periodismo UCN dijo...

Me encanto!tu crónica creo que manejaste muy bien todos los elementos literarios e informativos y provocaste un complemento ideal. Sigue por este camino tienes un buen futuro.

Jimena Herrera

rockvolucion dijo...

Debo decir que me gustó tu crónica, especialmente la temática (no faltaba más). Creo además que las historias quedan bién enlazadas y eso es algo que yo mismo debo mejorar, así que felicitaciones.

Cristian Reyes Herrera

Claudia dijo...

Me gusto mucho tu cronica.
Sè muy bien que estas empezando, y con esto demuestras todo tu potencial, ¡que siempre sea asi!.

I whish for you, success in everything, brother.

(tu sorella impara di voi )

Cata dijo...

ooo que buena crónica, de verdad, ME ENCANTÓ! me tuvo todo el rato ahí, pegada a la historia, te pasaste.

Me alegra que tengamos este espacio para poder expresarnos, es bueno ver el trabajo de todos, no solo para hacer criticas constructivas, si no para aprender de la creatividad de cada uno de nosotros.

Sigue asi!

Felicidades!!

Catalina R. Aparicio Núñez

Pafien dijo...

En general esta crónica no tiene puntos bajos en cuanto a estructura, incluso mezclaste de buena forma dos realidades opuestas con un factor común que es las temprana muerte de sus hijos.

Hay poca pulcritud a la hora de revisar,y eso puede hacer que una buena historia pierda fuerza.

La palabra Cementerio y los conceptos "Cementerio General y Parque del Recuerdo se repiten muchas veces dentro de la crónica.
Como misión leer y mejorar el uso del vocabulario.

En resumen, muy buena la estructura, donde combinaste magistralmente 2 historias, pero mejorar los detalles, que a veces marcan la diferencia.

Saludos

Profe Pato

Alumnos de Periodismo UCN dijo...

¡Felicitaciones, Wilson!
Impresionante tu capacidad de reporteo y jerarquización de información, se nota que el periodismo es lo que te gusta...persevera

Stjepan Ostoic

Ese soy yo, Christian Meneses Ulloa dijo...

Tu crónica esta muy buena, la manera en que la escribiste y como tomaste el rumbo de la historia me hizo sentir como si estuviera inserto en ella .
Muy buen trabajo!

Christian Meneses

Unknown dijo...

muy buena mezcla de las historias, bien estructurada uno nunca se pierde mientras lee la crónica, lo que si falta usar más sinonimo se repiten muchas veces las palabras!+

saludos!

shalom.ev.c dijo...

El tema en realidad es muy bueno ya que para nadie es indiferente el perder un hijo mas cuando son pequeños.

lo que mas destaco de tu cronica es el contraste que lograste al exponer dos historias tan distinast que al final los unia la realidad de la perdida de una hijo

felicitaciones

atte

Elizabeth Vaca

Alumnos de Periodismo UCN dijo...

Lo que más me gustó fue el estilo que utilizaste, ese de constrastar dos historias igual de emotivas...

muy muy buena suerte!!!!!!!

Atte Dora